Obedeciendo por amor

« Respondiendo Pedro y los apóstoles,  dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.  Hechos 5:29.»

Uno de los principales frutos que debe dar todo cristiano es la obediencia a Dios y sus mandamientos, esto es esencial ya que es uno de los elementos que demuestra que nos hemos arrepentido de corazón y estamos dispuestos a seguir las pisadas del maestro por medio de su palabra.  En ocasiones seguir esos mandamientos significa desprendernos de personas y cosas que amamos o que pensamos que lo hacemos, inicialmente podemos sentirnos extremadamente mal, apesadumbrados, confundidos y hasta indecisos, pero siempre deben estar en nuestra mente dos cosas:

Dios nos ama y si lo amamos y seguimos sus mandamientos el guiará nuestros caminos a la victoria, por lo tanto debemos confiar que todas sus decisiones en nuestra vida son para bien nuestro.

No hay sacrificio que nosotros podamos hacer que se iguale al que realizó Dios por nosotros al entregar a su único hijo para redimir nuestros pecados.
No debe existir nada en nuestra vida como cristianos a lo que podamos amar más que a nuestros Dios, Señor y Salvador Jesucristo, además no debemos anhelar nada más que hacer la voluntad de Dios en nuestras vidas.

Llevar nuestra cruz por el camino de la vida no es una tarea fácil, en ocasiones deberemos caer, levantarnos y no mirando atrás seguir nuestra senda con la mirada puesta en Jesús.  A veces leemos palabras como estas y pensamos que es mucho más fácil escribirlo que hacerlo, pero por experiencia propia podemos decirte que la fuerza para hacer la voluntad de Dios sacrificando lo amado no viene del hombre, sino del poder regenerador del Espíritu Santo dentro de cada Cristiano.

Pide al Señor en oración que te de la fuerza para dejar eso que te ata al pecado o que no te deja crecer espiritualmente en tu vida cristiana y Dios proveerá para ti.