Confesión y Perdón

« Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 1 Juan 1:9.»

Luis XII, rey de Francia, tenía muchos enemigos antes de ascender al trono. Cuando fue hecho rey mandó que se formara una lista de sus perseguidores y marcó en frente de cada nombre una gran cruz negra. Cuando se supo esto huyeron sus enemigos porque creyeron que aquello era una señal de que deseaba castigarlos; pero el rey sabiendo de sus temores, mandó que los llamaran asegurándoles el perdón, y dijo que había puesto una cruz junto a cada nombre para acordarse de la cruz de Cristo y esforzarse en seguir el ejemplo de Aquel que oró por sus asesinos exclamando: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Dios pone la cruz en un lado y sobre los pecados de los creyentes arrepentidos y los perdona.

¡Sí!, Dios perdona, pero tenemos un requisito, el cual es confesar nuestro pecado, aceptar que no somos capaces de alcanzar los niveles de perfección de un Dios tres veces Santo, entablando una relación con Él por medio de su hijo Jesucristo.

El perdón de Dios por medio de la fe en Cristo, nos muestra su Misericordia, su Justicia y sobre todo su infinito amor por nosotros. Un amor que no tiene límites para perdonar, pero es nuestro deber y responsabilidad apartarnos del pecado perdonado.

Cuando recibimos la misericordia de nuestro Señor debemos confiar en que somos perdonados, aunque Satanás intente de muchas formas traer a nuestras mentes una y otra vez el sentimiento de culpa por nuestro pecado pasado, tenemos que olvidar de la misma forma que lo ha hecho nuestro Dios.

John MacArthur en su biblia de estudio escribió: “El termino confesar significa decir lo mismo que dice Dios acerca del pecado y reconocer el punto de vista divino en relación con el pecado.”

Confesar nuestros pecados es la senda que nos llevará a alcanzar una relación personal con nuestro Señor Jesucristo.