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El Mundo

Israel, acusado por EEUU de oprimir a los judíos mesiánicos

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En Israel se reconoce la presencia de 10.000 judíos mesiánicos, es decir, judíos de nacionalidad que han aceptado a Jesús como Mesías, Señor y Salvador. La situación en Israel no es sencilla para estos creyentes que han sufrido ataques, rechazo social y oposición, sobre todo desde posiciones judías ultraortodoxas.

El informe anual sobre libertad religiosa del Gobierno de Estados Unidos denuncia que el mismo Ministerio del Interior de Israel persigue a los ciudadanos cristianos israelitas.

Precisamente este informe del Departamento de Estado de EE UU fue portada la semana pasada en Israel al reconocer «intentos por parte del Ministerio de Interior de revocar la ciudadanía o beneficios del estado de bienestar a personas al descubrirse sus creencias mesiánicas o cristianas».

El abogado Caleb Mayers, un judío mesiánico que lleva los casos de su comunidad ante la justicia, ha provisto datos para este estudio, revelando que «hay organizaciones judías, que se consideran ´antimisioneras´, que nos denuncian sistemáticamente para quitarnos la ciudadanía, la residencia, las licencias de nuestros locales, dificultar la inmigración mesiánica, etc. Hemos tratado 350 casos judiciales, y los 15 que han subido al Tribunal Supremo los hemos ganado. La Justicia trabaja bien», explica Mayers, que considera que hay 10.000 mesiánicos en Israel.

En un caso relativamente reciente, una familia de judíos mesiánicos recibió un paquete bomba que dejó herido de gravedad a un menor. El autor del ataque fue un extremista judío, Yaakov Keitel, de 37 años, al que también se ha relacionado con otras agresiones y delitos contra homosexuales, musulmanes y otros cristianos.

En otras ocasiones, los ataques se producen en grupo a cualquier actividad que realicen los cristianos. Sucedió hace un año en una comunidad cristiana que celebraba bautismos con motivo de la Navidad y el Hannukah. Cientos de judíos ultraortodoxos atacaron el lugar, derribando muebles y atacando con violencia a algunos de los miembros de la congregación.

Aunque siguen siendo una comunidad pequeña, el crecimiento de los judíos mesiánicos de fe evangélica en la última década ha sorprendido a todos. De hecho, de unos 350 han pasado a ser más de 10.000 personas que creen en Jesús.

EL GRAN PROBLEMA: LA EVANGELIZACIÓN
Joel Werberg, rabino experto en relaciones interreligiosas, afirma que «un judío mesiánico define a Jesús de forma casi idéntica que un cristiano evangélico. Los hay que visten como judíos ultraortodoxos, de negro, y guardan todos los ayunos. Otros sólo adoptan algunos aspectos del judaísmo. Para el Estado, y para el judaísmo israelí, el problema viene cuando actúan como misioneros». Es decir, algo similar a lo que ocurre con el islam: lo que peor se ve es que se prediquen las creencias.

Salo Kapusta, judío de familia ucraniana, criado en Venezuela y líder de una comunidad mesiánica en Jerusalén, afirma que «no hacemos proselitismo, pero si alguien nos pregunta, explicamos nuestra fe, que Jesús es el Mesías y el Hijo de Dios». Salo es un reputado guía turístico y su comunidad cuenta con un parque temático bíblico al que acuden grupos de cristianos pentecostales, evangélicos y mesiánicos de todo el mundo.

SIONISMO EXTREMO: UNA RELIGIÓN
«Los primeros cristianos eran judíos mesiánicos, que cumplían las leyes judías, pero desaparecieron con las guerras del año 70 d.C. y del 135 d.C», explica el padre Vincent T. Nagle, secretario del Patriarcado Latino. «Los actuales judíos mesiánicos son un movimiento moderno. Disgustan a los ultraortodoxos y al sionismo político. En Israel, el 80 por ciento de los judíos se declaran agnósticos o ateos», afirma Nagle. Él mismo era en su juventud un judío sionista y ateo, de familia comunista. Ahora que es sacerdote católico ve al sionismo como una religión oficial, un nacionalismo de Estado. «Ya hay rabinos que predican que el Mesías prometido no es una persona, sino el sionismo, el Estado mismo», afirma.

Según el padre Vincent T. Nogle, hay un ligero crecimiento del número de judíos que practica el catolicismo en Tierra Santa. Son mil en 4 parroquias. Hay judíos que se casan con inmigrantes filipinas y adoptan su fe. También hay inmigrantes que llegaron de Rusia o Ucrania por ser de etnia judía, pero que nunca practicaron esa religión, están bautizados y descubren el catolicismo una vez en Israel. Así, muchos hijos de inmigrantes crecen como israelíes de lengua hebrea y de religión católica.