Portada
Tan Solo una Palabra
“Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos).” Efesios 2:4-5.
Copyright Bonnie Woodson - Flickr
¡“Es digno”! ¿De qué somos dignos? ¿Qué méritos tenemos ante Dios para obtener su favor? Ninguno. El centurión lo había comprendido y se sentía tan indigno que no se atrevía a ir a Jesús él mismo. Pero Jesús vino a él. Cuando se acercaba a la casa, el centurión envió a algunos amigos a decirle: “Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo… pero dí la palabra, y mi siervo será sano” (v. 6-7). Jesús dijo: “Ni aun en Israel he hallado tanta fe” (v. 9).
“Los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría”, pero “agradó a Dios salvar a los creyentes” (1 Corintios 1:22, 21). A este hombre le bastaba una sola palabra de Jesús. Aún hoy Dios dirige un mensaje de salvación a todos los que reconocen su indignidad y su culpabilidad, sean ricos, religiosos, obreros, marginados. El mensaje es éste: Todo aquel que cree en Jesús y en su sacrificio tiene vida eterna.