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Henry Romero

Una Experiencia Triste

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Esta tarde salí a caminar para hacer algunas diligencias; Pasaba por una tienda de muebles y entré a verificar, mientras estaba conversando con el vendedor escuche al fondo una persona predicando el evangelio, alcance escuchar poco de lo que estaba diciendo, pero me imagino que estaba presentando el plan de salvación.

De repente escucho a otra de las personas que estaba recibiendo la información prácticamente explotar en contra del hermano, diciéndole que no era más que un “Pariguallo” (Tonto en Dominicano), porque mientras ellos estaban en la calle “gozando”, el estaba perdiendo su tiempo en la iglesia, que mientras ellos estaba “Fornicando” (La palabra correcta la puse yo, no quieran imaginar como fue dicha realmente) el estaba de Tonto perdiendo su tiempo.

Para ser sinceros, sentí una serie de sentimiento en ese momento, ira, impotencia, pena y tristeza.  El primer sentimiento fue IRA porque al ver como el joven perseguía al hermano en Cristo desde el fondo del salón hasta prácticamente la puerta del establecimiento me sentí IMPOTENTE de quizás no decirle lo que merecía, pero a la vez PENA, porque estaban conscientemente rechazando la salvación del Señor, finalicé en TRISTEZA por ver la cara del hermano al salir, créanme que tuve que contener las lagrimas al ver la escena y aun las contengo escribiendo esto.

Esperé unos segundos fuera de la tienda hasta que el estuvo cerca de mi y le dije “El que por su necedad se pierde….” y que lo más importante es que ellos ya había recibido la palabra y que su sangre ya no está sobre su cabeza.  El prácticamente sin inmutarse me dijo, “Es cierto, pero no importa cuantas cosas me digan, seguiré viniendo a predicar.”

Solo me quedó bendecirlo y orar por el, pero al mismo tiempo orar por mi y por todos mis hermanos en Cristo, que posiblemente estamos haciendo mucho, pero quizás no lo suficiente para llevar el plan de salvación a todos esos que hoy se burlan, pero que quizás mañana darán gracias a DIOS porque no desmayamos en seguir llevándoles el evangelio.

Bendiciones.

PD: He omitido las malas palabras por obvias razones, pero realmente fueron muy fuertes.