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Henry Romero

Tragedia en Cromañón

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El 30 de Diciembre del año 2004, la discoteca República Cromañón, en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, fue el escenario de la mayor tragedia no natural que haya experimentado ese país suramericano.

Mientras se realizaba un concierto ofrecido por la banda de rock Callejeros, chispas producidas por fuegos pirotécnicos impactaron con una red hecha de poliestireno, ubicada en el techo del lugar.

Debido al pánico que se causo por el siniestro, los asistentes empezaron correr hacia las salidas, una de las puertas había sido cerrada con candado y alambres, quizás para impedir que que siguieran entrando más personas a un espacio muy por encima de su capacidad máxima; convirtiendo el lugar en una trampa mortal.

El resultado de todo esto fue la muerte de 193 personas y al menos 1432 resultaron heridas.  Una muerte siempre es triste y causa mucho dolor, pero duele mucho más cuando es un padre que tiene que enterrar a un hijo, en contra de toda ley natural.

Cuando somos jóvenes pensamos erróneamente que si algo tenemos de más, es tiempo, creemos que tenemos el control de todo lo que nos rodea, cuando a la verdad dependemos única y exclusivamente de la voluntad de Dios.

Sabiamente, el SEÑOR hace un llamado a la juventud en el libro de Eclesiastés 12:1 “Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento”

Al realizar la pregunta ¿Si te tocara morir hoy, crees que sería salvo?, ¿sabes tú donde iras al morir?, la mayoría de las personas responderá con un rotundo silencio, pero si has aceptado a Cristo como tu Salvador y Señor, podrás responder con toda seguridad, “! A la patria Celestial con mi Señor, a la Salvación eterna, por la fe en Cristo¡”.

Dios te hace una invitación hoy para que aceptes su regalo, los 193 jóvenes que salieron de sus casas hacia la discoteca cromañón, pensaron que irían a pasar un excelente tiempo, quizás hasta memorable, pero nunca pensaron que ese mismo día, estarían mirando frente a frente a la muerte.

El Salmo 130:3  dice “…si mirares a los pecados, ¿Quién, oh Señor, podrá mantenerse?, la verdad es que ninguno, porque todos hemos pecado, por eso Cristo murió por nosotros para que Dios no mire nuestras inequidades, sino la Santidad de Cristo, “El Justo por los Injustos”.

Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud.