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El Padrenuestro, resumen del evangelio

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Jesús enseñó a sus apóstoles la más bella oración que podemos dirigir a Dios: el Padre nuestro (Mateo 6.9-13). Tertuliano, un cristiano muy comprometido con su fe de los primeros siglos del cristianismo, del norte de África, decía que el Padre nuestro era el resumen de todo el evangelio.

Gracias a Jesucristo todos los redimidos somos hijos de Dios, el mejor título que podemos llevar, y del cual podemos estar muy orgullosos. Es toda una revolución tratar a Dios como Padre y establecer con él relaciones de auténtico hijo. Además decimos que es nuestro. Si todos los redimidos somos hijos de Dios, entre nosotros somos hermanos, es más, hay una verdadera fraternidad entre la multitud de los discípulos de Cristo. Somos uno, con un solo corazón y una sola alma.

Decimos también en el Padre nuestro, que Dios está en el cielo. No se quiere indicar ningún lugar geográfico. El cielo es la patria de Dios, donde viviremos inmersos en el océano infinito de su amor. Los cristianos vivimos con la esperanza cierta de alcanzar esa patria prometida.

A continuación el Padre nuestro sigue con siete peticiones:

Santificado sea tu nombre. Se santifica el nombre de Dios respetándolo y alabándolo, pero no sólo con nuestros labios, que sería fácil, sino sobre todo con nuestra vida. Viviendo en coherencia con el evangelio.

Venga tu Reino. El reino de la paz, la justicia, el amor, de la santidad y la gracia. Ese Reino se instaurará plenamente un día al final de los tiempos, pero mientras tanto, exige nuestro compromiso para promoverlo.

Hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Esto es lo importante, vivir no haciendo mi propia voluntad, sino lo que Dios quiera de mí.

El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Pedimos a Dios lo suficiente para vivir con dignidad hoy, nada más. También el pan de la palabra de Dios.

Perdónanos nuestras deudas como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Dios siempre nos abraza con misericordia y nos ofrece su perdón, y así quiere que actuemos con los que nos rodean.

No nos metas en tentación. Pedimos que Dios no nos deje solos, que envíe su Santo Espíritu para fortalecernos y superar la tentación del pecado.

Líbranos del mal. Hay mucho mal en el mundo que obra Satanás, y pedimos a Dios que nos libre de él, de su influencia, de sus seducciones, de sus obras.

El Padrenuestro es la oración que Jesús nos dejó como ejemplo a seguir cuando hablamos con Dios. Repetirlo palabra por palabra está bien, aunque también podemos usar nuestras propias palabras siguiendo el ejemplo que Jesús nos dejó cuando se dirigía al Padre en oración.

Que nuestro anhelo diario sea hablar con Dios y escucharlo a través de su palabra, de consejo de otros y de las circunstancias, para finalmente vivir de acuerdo a su voluntad.

©Edición: Unidad de Publicaciones de las Sociedades Bíblicas Unidas